jueves, enero 27, 2011

La vida es sueño.

Es verdad, pues: reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña,
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe
y en cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!):
¡que hay quien intente reinar
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí,
destas prisiones cargado;
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Fragmento de "La vida es sueño". Pedro Calderón de la Barca.

martes, enero 25, 2011

Siempre.


No cabe duda que nuestra madre es probablemente la persona más sabia que jamás conoceremos.

La mía, muchas cosas me ha dicho; y muchas me repito constantemente: Debo estar siempre por encima de las circunstancias; por encima de la presión. Ser superior a las circunstancias, sin nunca sentirme superior a nadie. Nunca negar quién soy, nunca reaccionar ante una provocación, porque de lo contrario estaría negando mi naturaleza. Que ayudar sin ser ayudado es la mejor remuneración a mi acción; solidarizarme con el que no lo merece, y con quien no lo espera. Que en momentos de furia, lo mejor que puedo hacer es observarme en tercera persona, para así descubrir las raíces de mi odio, y arrancarlas de mi corazón. Que el amor de los demás jamás debe ser superior al propio, que la paciencia es mi arma principal en este mundo de locos, y que la vida es una experiencia apreciable desde miles de ángulos y perspectivas; finalmente soy yo (tu) el que decide el enfoque; si de una derrota extraeré un fracaso, o una enseñanza; si en una desilusión veré el motivo o la negación; si en mis metas veré el obstáculo o la recompensa.

jueves, enero 20, 2011

Poema 20

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: " La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.


Pablo Neruda.

miércoles, enero 19, 2011

Más de lo que crees


-No se si hice lo correcto, madre. Sacrificios, prioridades, una cosa por otra; pero ¿qué a cambio de qué? Dime qué tengo ahora, en este preciso momento.

- Pues es obvio, tienes más de lo que crees.

-¿Más de lo que creo? No sabes lo que dices, madre. Tengo recuerdos, empañados por su mirada, vacía.

-Tienes más que eso, mucho más.

-Si, también tengo una gran espectativa, destruida. Falsa ilusiones que alguna vez me parecieron tangibles.

-Mucho, mucho más que eso.

-Un sentimiento de impotencia, porque el amor aún cabe en mi, no así en ella. Y lo veo en sus ojos cada vez que no me ve. Y no se que pensar, si hice bien o si hice mal, si estoy mejor que antes o si estaré mejor después.

-Piensas mucho. Libera tu espíritu, de tu mente, por un segundo. Encontrarás respuestas, y comprenderás por qué he puesto esto en tu camino. Tienes más de lo que crees; siempre es igual.