miércoles, abril 18, 2012

Qué dirán...

A veces me pregunto
qué dirán de nosotros.
Ellos, todos. ¿Qué piensan de ti, de mí?

¿Se preguntarán qué es eso
que hay en ti,
que veo y quiero,
que sueño y pienso?

¿Se preguntarán a caso,
qué nos mantiene unidos y no?

Quizá se pregunten
qué puede haber en mí,
que pueda gustarte.
Qué puedo pensar, soñar,
vivir y hablar, para lograr
que algunos días me quieras.

O quizá intenten comprender
el cómo puedo yo, un tonto,
no alejarme de ti,
si lo que ellos ven,
yo debería también?

Habrá quien no se explique,
cómo puedes perder lo más valioso,
el tiempo,
en alguien que a veces
es un desconocido, hasta para él mismo.
Yo.

Y no lo sé de cierto.
No puedo encontrar respuestas.
Son preguntas
que me tienen resignado.
Preguntas sin respuesta.
Sin respuesta
porque no existe,
o porque no la veo,
da igual.
Hoy, y aquí,
te quiero.



viernes, abril 13, 2012

Eso eres.

Así como quien ríe hasta llorar,
así te quiero, hasta no saber qué pasa;
hasta no poder nombrar
la sensación que me acapara.

Emociones tan profundas,
tan intensas, tan grandes y hermosas
que a menudo no pueden ser interpretadas...

Eso eres, eso anhelo.
Eso eres, y eso quiero.


jueves, abril 12, 2012

Vamos a jugar un juego!

Hoy, vamos a jugar un juego.
Yo lo llamo, jugar a que nos queremos.
Las reglas son simples, y poco novedosas.
Dos jugadores, sin límite de tiempo.

Aquí, el azar no participa,
ni sirve la agilidad mental,
no existe el doble turno,
ni hacer al otro pasar.
Existen ciertas mañas,
que has de recordar,
de otros juegos de tontos,
que a menudo implican volar.

Una común, por ejemplo
es no querer de verdad,
y engañarse a tal grado,
de no poderlo aceptar.

También se da el caso,
de quien cree el júbilo escaso,
y cree que la solución,
es comenzar la siguiente partida,
al mismo paso.


Hay otras cosas,
que la partida costarte pueden,
querer de más es una,
que muchos novatos temen.

El jugador experimentado,
las reglas domina y cree,
que nadie puede vencerlo,
y que las cartas del otro ve.
A menudo se confía,
y da la ventaja al contrario.
Gran error, pues el otro
¡escapa como un canario!

Este juego se acaba cuando se acaba,
y nunca nadie, algo obtiene al final,
más todo lo que durante el mismo ganas
¡eso sí te lo puedes quedar!

Dichos premios,
son variados de juego a juego,
van desde cinco letras,
hasta el beso más bello.
Ni el más sabio,
predecirlos puede,
ni el más rico,
ignorarlos debe.

Este juego se acaba cuando se acaba,
y el reglamento penaliza
con una fuerte descorazonada,
a aquellos que, ilusos,
no saben dar retirada.





miércoles, abril 11, 2012

Poema inconcluso

Toda mujer vista
a través de los ojos de un soñador,
presenta virtudes
sólo imaginables por él mismo.
Es cualquier cosa que uno ame,
que uno añore.
Todo lo que él cree que necesita.
Puede serlo todo, en cualquier momento.

Así te he construido en mi mente,
eres linda, inteligente, pero más que ésto,
consciente.

Amas soñar, y despertar en un libro,
reír de lo absurdo y salir de este mundo.
Te conoces y te amas como nadie,
hito extraordinario en estos días.

martes, abril 10, 2012

La gente no cambia, me dijo.
Es cruel hasta el final,
sólo puede creer que es diferente,
al grado de perder la cordura,
y ser alguien más.
¿No es eso cambiar, después de todo?

Y no lo creo,
a pesar de que estos ojos
lo han visto, una y otra vez.
Sin embargo, estos ojos,
son los de un loco.

Debo decirte un secreto,
que dejará de serlo al momento.
¿Recuerdas lo sólo que me sentía,
lo lejos de todo y de todos?
¿Recuerdas la angustia que me llenaba,
y la tristeza que me invadía?
Sigo sin descubrir el origen.
Sin embargo, he encontrado
un remedio temporal,
que como una droga
me abstrae en una hermosa mentira,
un sueño lúcido,
del que nunca quiero despertar.

"Debo fingir que hay otros. Es mentira.
Sólo tú eres. Tú, mi desventura
y mi ventura, inagotable y pura."

domingo, abril 08, 2012

Falsa eternidad

Entre la multitud me encuentras,
me abordas nerviosa, inquieta.
Soy el último que saludas, como siempre.
No por que importe menos,
sino para que el pendiente,
no apresure nuestro reencuentro.

Ese saludo que invariablemente
dice algo diferente cada vez.
Un gesto, una cara, dicen más
que todo lo que jamás sabré.

Y comienzas a hablar,
y te escucho al principio.
No mucho, sólo lo justo
para dejar de hacerlo.

Nada me importa,
podrías estar diciendo
las cosas más falsas,
las más ruines,
y no me importaría.
Porque como sabes, soy idiota,
y atesoro el momento.
Sólo sé ver lo bella que eres,
lo linda que te miras en ese vestido negro.
Lo hermosa que apareces cuando mientes.

De lo demás me preocuparé mañana.
Llorar, o reír de vergüenza, eso después.
El dolor puede esperar.
Hoy y aquí, somos eternidad.