Vaya que es difícil escribir de estas cosas sin sonar apático, amargado o hasta "antipatriótico". En fín, mi familia está al borde de la inundación en Villahermosa, Tabasco. Sus muebles y aparatos están ya en la planta alta. En realidad lo único que hacen es esperar. ¿Y qué más pueden hacer? Veracruz ya está inundado y al parecer nadie lo sabe; es el mismo destino que le espera a Villahermosa: La desgracia en el anonimato. Lo peor es que no es la primera vez.
La naturaleza es perfecta, sigue un ciclo y todo pasa siempre por algo; con algún fin práctico. ¿Entonces porqué está pasando todo esto? Si de algo estoy seguro es de que no es su culpa, es nuestra; como especie.
Explíquenme qué ganas puedo tener de celebrar. Para nosotros, jóvenes, es una época difícil contrario a lo que se podría creer. Concientes o no, nos es difícil vivir en el mundo que nos tocó. Y no sólo nosotros; la vida es dura para la gran mayoría.
Qué mejor regalo para el pueblo que una ayuda verdadera. Sí, las luces están bonitas y la gente lo pasa bien; pero mañana todo seguirá igual. Economía, salud, seguridad, medio ambiente: elijan su agravante preferido y díganme ¿qué cambio después de la fiesta? Al pueblo pan y circo, con eso tiene.
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